PROYECTO 14HPP SANT FERRAN
El edificio es el resultado de un estudio exhaustivo y riguroso del programa y las condiciones del lugar, tanto a nivel climatológico, como del mapa de recursos: vientos dominantes de verano, orientación solar, pluviometría, geotecnia, morfología y contexto urbano catalogado, ordenanzas municipales, materiales y residuos locales, industrias disponibles, tradición constructiva y oficios, energías limpias al alcance, gestión del ciclo completo del agua, reducción de la huella ecológica tanto en la fase de construcción como en la vida útil, tipologías de viviendas adaptados a las necesidades de los potenciales habitantes, etc.
La arquitectura tradicional ha sido una referencia constante, no como forma, sino como manera de trabajar, desde la escasez de recursos y con lo que tienes a mano. Son las gafas para mirar de cerca. Con ellas, buscamos que hay en la isla que podamos utilizar. Las sabinas, con las que se construían antiguamente los forjados, por suerte están protegidas. Las canteras de piedra arenisca, agotadas, y la poca paja que se produce, se utiliza para el ganado. Por tanto, nos queda sólo lo que llega por mar: posidonia y barcos. Además de los palés de obra, que permanecen en la isla a causa del coste de embarcarlos de vuelta.
Así que proponemos un cambio de concepto:
“En vez de invertir en una industria química situada en 1.500kms, dedicaremos el mismo presupuesto a una mano de obra local poco cualificada, que debe extender la posidonia al sol para secarla, y compactar en los palés, consiguiendo 15cm de aislamiento en cubierta. Además, resulta que la sal del mar actuará como biocida natural, y el producto será completamente ecológico.”
El resto de materiales utilizados surge de un estudio de mercado en función de su coste económico, de la energía incorporada, y de la adecuación a los niveles de confort requeridos para alcanzar una vivienda pasiva.
Por ejemplo, se opta por una estructura de muros de carga de bloque de hormigón aligerado tipo Y-TONG, reduciendo las emisiones de CO₂ de los sistemas habituales, con una transmisión térmica U: 0’36, equivalente a una fachada convencional de doble hoja con 7cm de aislamiento, pero resolviendo toda la fachada en una sola capa de 25cm, lo que reduce el coste de la partida de cerramiento. La utilización de este sistema constructivo resulta especialmente interesante en Formentera, ya que se trata de un producto que se fabrica en Francia, lo que en general supone un incremento de precio. No obstante, en este caso, el coste asociado al transporte se aplica a cualquier material, debido a la ausencia de fábricas locales.
Y mientras una mano busca “con qué lo hacemos”, la otra busca “cómo lo colocamos”.
Aprovechando que las dos fachadas a la calle disfrutan de vientos dominantes procedentes del mar (Embat), se divide el volumen edificado en dos bloques independientes:
Uno, orientado este-oeste, con fachada a la calle Mayor, se abre a los vientos dominantes de levante y contiene ocho viviendas, 4 en planta baja y 4 en planta piso. Las viviendas en planta baja disponen de un patio de acceso protegido por una tapia de 2,5 m de altura, equivalente a la altura de una planta.
Estas viviendas disponen de un dormitorio y un patio orientado a cada orientación: este y oeste.
Cuatro árboles de especies locales (acebuches, sabinas, higueras, etc.) sembrados en los jardines, forman parte de la vegetación de la calle peatonal.
El otro, orientado norte-sur, con fachada a la calle Sant Ferran, contiene seis viviendas, 3 en planta baja y 3 en planta piso, y disponen de un dormitorio y un patio orientados a sur. Un porche a norte con una persiana de lamas verticales pintadas de color azul Formentera establece el filtro visual durante el verano y permite ventilar. En invierno, cuando la isla se vacía, las puertas se abren de par en par y el estar disfruta de ambas orientaciones.
Todas las viviendas son pasantes, con doble orientación y ventilación cruzada.
El acceso a todas las viviendas se realiza directamente desde la calle, recuperando la relación directa propia de los núcleos rurales, evitando la aparición de ascensores y espacios y escaleras comunitarias. Además, todos tienen espacios exteriores de uso privado: las viviendas de PB disponen de jardín, y los de P1, de terraza en cubierta a la que se accede mediante una escalera privada particular.
Las viviendas en planta primera disponen de una terraza que contiene la escalera de acceso a cubierta, cumpliendo así la normativa que prohíbe que la caja de la escalera sobresalga por encima de la altura máxima. Este patio a cielo abierto se cierra hacia la calle con una celosía de lamas de madera verticales pintadas de blanco que reconstruyen el plano de fachada, tal como establecen las ordenanzas particulares de la zona de casco antiguo. Dos persianas móviles de 60cm de anchura permiten vistas hacia la calle.
Para compensar el reducido tamaño de las ventanas de planta primera (120cm), se coloca un lucernario en cubierta de 3m de ancho, con doble orientación. En invierno, abriendo las persianas orientadas al sur y cerrando las contraventanas a norte, se obtiene un colector solar. En verano, cerrando las persianas, y abriendo las contraventanas y cristales, se obtiene ventilación natural por succión. Las dimensiones han sido calculadas para asegurar la incidencia de radiación directa el día más desfavorable del solsticio de invierno.
Todas las vidrieras de los comedores en PB se protegen del sol mediante porches o pérgolas con parras y un cañizo de bambú.
El resto de ventanas se protegen con persianas de madera imputrescible de alerce. Para protegerse del frío del invierno, unas disponen de contraventanas interiores de madera, y las otras de cristales bajo emisivos U: 1,6.
Se han dispuesto redes blancas de pescar por la fachada, para facilitar el crecimiento de las plantas trepadoras que protegen los paños ciegos de los muros, reduciendo la radiación solar en más de un 90% en las zonas donde se hayan desarrollado.
La climatización pasiva se apoya con una caldera de biomasa centralizada de 90kW de potencia y un rendimiento del 92 %, que también produce la ACS. Cada vivienda dispone de intercambiadores Termobox-M individuales.
Debajo de las 7 terrazas en planta baja se han dispuesto aljibes de agua de lluvia de 6m ³ cada uno, para regar de forma automatizada las plantas sembradas con función bioclimática (11 árboles y 40 plantas trepadoras).
En el patio central, se ha situado una fito-depuradora de aguas grises que limpia el agua procedente de las duchas, para utilizar en los inodoros. El aljibe, realizado con una bóveda de piedra arenisca, tiene una capacidad de 17m³.